miércoles, 30 de abril de 2014

Inferno - 4



4

Increíblemente mareado y confuso me incorpore y corrí a la cocina, no tenia muy claro que coño estaba pasando pero era obvio que no era real. Al entrar estaba sentado encima de la mesa, abrí el grifo de la pila y empecé a echarme agua.
-          Que ¿confuso? Es normal teniendo en cuenta lo ocurrido.
-          Esto es una mierda, no estoy bien.
-          Joder es un poco obvio que no lo estas, la gente no suele ver dobles suyos ni oír voces ¿sabes?
-          Mierda, esto debe ser un efecto secundario o algo así.
-          Si puede ser ¿pero no has pensado que a lo mejor no es por el mordisco si no por lo del hachazo? ¿Y si estabas destinado a terminar como una cabra?
-          ¿Que? ¿en serio?
-          Jajaja no hombre, era broma ¿Cómo coño voy a saberlo? Yo soy tu ¿recuerdas? Yo se todo lo que tu sabes y actualmente solo sabes esto. (Con un gesto moviendo las manos) Nada, no tienes ni idea de nada, no sabes por que te regeneras, no sabes por que no eres un zombi y, esto es mi parte favorita, no tienes ni puta idea de que coño vas ha hacer ahora ya que no has pensado ni en salir de tu barrio.
-          ¡Pero quien coño te crees tu que eres!
-          Pues tu, admítelo, sea por la enfermedad, la conmoción, el trauma de ver a una chica, bastante potente para ser menor he de admitir, morir delante de ti o por que simplemente te sentías solo. Admite que necesitabas alguien con quien hablar y que te recuerde las cosas y todo irá a mejor.

Por mucho que me doliera, el cabrón que llevo dentro tenía razón, no había pensado en nada, solo en conseguir provisiones y quedarme en casa ¿Era tan borde con la gente como lo acabo de ser conmigo mismo?  Y lo mas importante llegados a este punto ¿Podía fiarme de mi mismo?


Me vestí, cogí la katana y volví a bajar, decidido a tapiar todas las entradas con los cadáveres de esos capullos. Según llegaba al portal todo el cristal caía hecho pedazos, los cabrones habían estado entretenidos comiéndose a algún vecino y tuvieron que hacerlo a tres metros de la puerta.
-          Te han pillado en bragas ¿eh?
-          Vete un poco a tomar por culo
-          Vamos hombre, no es nada malo, pero míralos bien, casi no saben ni andar, seguro que puedes sacarlos de ahí sin que te toquen.
-          Pues… mierda, tengo razón.
Con un pequeño salto pase por encima de uno que intentaba levantarse y termine pisándole la cabeza a otro que acababa de caerse, me seguían si fijarse por donde iban, un par se cayo por las escaleras y varios mas se cortaban con los cristales. Los reuní como pude y empecé a darles con la espada en la cabeza según se iban acercando hasta que no quedo ninguno, use los cuerpos para atrancar las puertas de momento y me dirigí de nuevo al garaje para forzar los trasteros.
No había gran cosa, solo chatarra, polvo y toneladas de adornos navideños que en otras circunstancias ahora estarían colocados en sus casas. Pero de entre toda la basura encontré algo de lo más útil, un arco de principiante y un par de candados y cadenas. Con todo lo útil subí de nuevo y até con las cadenas y los candados todas las puertas que pude, practique un poco con el arco y tras ver que no seria de mucha ayuda a más de diez metros me lo guarde porque al menos la munición del arco es “reutilizable” y había más que de la pistola.

Volví a casa y espere al próximo día para ir al centro comercial a por un coche como dios manda. Me pase toda la noche oyendo voces y por una vez llegue incluso a echar de menos los ruidos de los zombis, cuando me desperté volvía otra vez con las voces.
-          Bueno hoy es el día, buscar un coche decente con el depósito lleno y a Madrid.
-          La idea en si no es mala, ahora veamos como termina.

Con precaución salí de la urbanización como la otra vez, con cuidado y apuñalando a todo zombi que pudiera molestar. Dentro del edificio había otro par de zombis, eliminados subí por las escaleras, allí estaba todavía el cuerpo decapitado del hijo de puta con su hacha, pudriéndose y con aspecto de que intentaron comérselo, arriba había otro par de zombis, pero a diferencia de los de abajo, estos ya estaban muertos, a lo que empecé a pensar cuantos había matado cuando vine y cuantos había ahora… había cuatro mas, y la sangre era reciente… no estaba solo en el centro.


Me dirigí con cuidado arco en mano hacia el almacén, todo iba bien hasta que vi más zombis muertos, intentando no hacer ruido pase por encima de las cajas, justo cuando me apoye para saltar por encima de la caja, un ruido fuerte procedente del fondo me acojonó y me caí al suelo, justo para ver como un pedazo de la caja salía volando. Intente ver que coño era eso y al final resulto ser lo que me esperaba, había un chaval de no mas de veinte años apuntándome con una pistola que apretó el gatillo en cuanto asome la cabeza, al poco empezaron a venir mas hasta tenerme rodeado.
-          Tu, seas quien seas, sal de ahí con las manos en alto y no te haremos daño.
-          Y una poya ¿para que? ¿Par que tu amigo el Clint Eastwood me pegue un balazo?
-          Tranquilo, solo queremos hablar ¿Quién eres y como has entrado?
-          Vamos, sabes que puedes con ellos, por mucho que te disparen no podrán matarte.
-          No es momento
-          Perdona ¿Qué has dicho?
-          Nada, que solo un momento ¿Cuántos sois?
-          Seis, y tú vienes solo ¿no?
-          Efectivamente
-          Entonces sal de ahí, ya hemos bajado las armas.

Levante la cabeza con cuidado y efectivamente habían bajado las armas, tenían escopetas y pistolas, a saber de donde coño las habrían sacado.
-          Soy Aitor, venimos del polideportivo.
-          ¿En serio?
-          Si, un lugar apartado, vayas altas… era lo mejor de la zona. ¿y tú? ¿de donde vienes?
-          De los edificios de ahí en frente.
-          Ya veo ya… ¿Estas solo?
-          Si ¿por?
-          Mentalmente vales por dos ¿Eso cuenta como grupo?
-          ¿Uh? ¿De que te ríes?
-          No, de nada, cosas mías. Oíd si queréis llevaros algo hacedlo yo no he venido aquí por suministros, ya tengo todo lo que necesito, seguid a vuestro rollo y yo sigo al mío.
-          ¿En serio? Pues si no has venido a por suministros ¿A por que has venido?
-          A por un furgón, tengo pensado ir a Madrid.
-          Olvídate
-          ¿Por?
-          La ciudad esta bloqueada, por tierra solo se puede entrar en tren.
-          Vaya ¿Y como sabes eso?
-          Las noticias, dicen que el ejército mandara unidades de rescate a las estaciones y el que llega se salva.
-          Vaya, suena muy bonito, debería trasladarme entonces a la estación.
-          Ya bueno si quieres te acercamos.
-          No gracias, no hace falta.

Me di la vuelta y fui andando lo más rápido que pude sin llamar la atención.
-          ¿Sabes que quieren matarte no?
-          Que va… no creo.
-          Entonces date la vuelta y vete con ellos no te jode.

Al poco de llegar a la puerta del almacén oí un disparo, y lo siguiente fue un dolor de la ostia en el hombro, los cabrones iban a por mí. Entre rápido en el almacén y bloquee la puerta con lo primero que encontré, apuñale al zombi que había dentro y me dirigí hacia la salida.
Cuando estaba cerca pare y me mire la herida, ya se había curado, la bala me atravesó el hombro, oí un ruido fuerte a mi derecha y vi como tiraban la puerta y entraban, el ruido atrajo a un par de zombis, con lo que me dio tiempo para prepararme.
Un zombi mordió a uno de ellos, que se fue corriendo para atrás, el primero del grupo iba mirando a su derecha, así que me asome con el arco y le clave una flecha en la frente, comenzaron a dispararme y use un zombi muerto como escudo humano, solté el arco y agarre la pistola, en cuanto se me acercaron les tire al muerto y una estantería, volvieron a darme, solo que esta vez en la pierna.
Quedaban cuatro y solo tenía cuatro balas, no iba a valer, tenia que hacer algo y vi el extintor, lo agarre y se lo lancé, saque el cuchillo mas largo que tenia y dispare al extintor, no fue mucho pero suficiente como para dejarles ciegos con el polvo, saltaron los aspersores. Salí con la pistola y le volé la cabeza a uno de un balazo entre gritos e insultos, le pegue dos tiros a otro y le metí el cuchillo por el ojo al que tenia mas cerca, entonces me pegaron otro tiro, este en el cuello, fue como si te arrebataran el aire y te estuvieras ahogando en el agua, en cuanto me cure plaque a Aitor mientras me metía balas en el pecho. Empezamos a pelear, el me disparaba en los órganos y yo le rajaba como podía, iba ganando cuando perdí el conocimiento, el cabrón al que habían mordido había vuelto y me pego un tiro en la cabeza, esa fue la tercera vez que morí.


Me desperté con un dolor de cabeza horrible, todavía era de día y los muertos seguían a mi lado, me habían robado todo lo que tenia, cogí una vara de hierro que había por ahí tirada y salí dando tumbos.
Apunto de irme me di cuenta de que tampoco tenia la chaqueta, lo que también indicaba que no tenia las llaves de casa. Avanzaba cabreado cuando la suerte me favoreció al fin, allí estaban, uno manco y el otro lleno de cortes, en ese momento perdí el control de mi mismo. Corrí hacia ellos y le pegue con la vara de hierro en la cabeza al manco, lo hice tan fuerte que se la hundí en el cráneo y fui incapaz de sacársela, Aitor saco su pistola y me disparo en el estómago, yo le partí el brazo y le agarre del cuello.
-          ¿Qué coño eres? –Dijo llorando de dolor y miedo.
-          Diferente.
Y así sin control alguno sobre mi cuerpo le clave los dientes en el cuello y le arranque un pedazo de carne rasgándole la arteria, y bebiéndome su sangre. Me sentí mejor, dejo de dolerme todo, me cure casi al instante, hasta había expulsado la bala del estomago, no se que coño fue eso… pero era la ostia.